"Jesús se
dejó tentar en el desierto"
Comenzamos el tiempo de
Cuaresma, 40 días en los que nos esforzamos en preparar nuestro corazón para
celebrar la muerte y Resurrección de Cristo, es decir, la Pascua. Acojamos
la invitación que la Iglesia
nos hace a la conversión, miremos a la cruz de Jesús, mejoremos nuestra
oración, nuestra caridad y nuestro ayuno de todo lo que nos aleja de Dios.
.
Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 12-15
En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto.
Se quedó en el desierto cuarenta días,
dejándose tentar Satanás; vivía entre alimañas, y los ángeles le
servían. Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar
el Evangelio de Dios. Decía:
–«Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.»
Palabra del Señor
El Papa Francisco nos pone como lema de la Cuaresma para este año 2015: "Fortaleced vuestros corazones" (St 5,8).
Entresacamos de su mensaje:
La Cuaresma es un tiempo de
renovación para la Iglesia,
para las comunidades y para cada creyente. Pero sobre todo es un «tiempo de gracia»
(2 Co 6,2). Dios no nos pide nada que no nos haya dado antes: «Nosotros
amemos a Dios porque él nos amó primero» (1 Jn 4,19). Él no es
indiferente a nosotros. Está interesado en cada uno de nosotros, nos conoce por
nuestro nombre, nos cuida y nos busca cuando lo dejamos. Cada uno de nosotros
le interesa; su amor le impide ser indiferente a lo que nos sucede…
…Dios no es indiferente al
mundo, sino que lo ama hasta el punto de dar a su Hijo por la salvación de cada
hombre. En la encarnación, en la vida terrena, en la muerte y resurrección del
Hijo de Dios, se abre definitivamente la puerta entre Dios y el hombre, entre
el cielo y la tierra. Y la
Iglesia es como la mano que tiene abierta esta puerta
mediante la proclamación de la
Palabra, la celebración de los sacramentos, el testimonio de
la fe que actúa por la caridad (cf. Ga 5,6). Sin embargo, el mundo
tiende a cerrarse en sí mismo y a cerrar la puerta a través de la cual Dios entra
en el mundo y el mundo en Él…
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