Lectura del santo Evangelio según San Lucas 21,25-28.34-36
En aquel tiempo Jesús dijo a sus
discípulos: “Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y
en la tierra, angustias de las gentes, perplejas por el estruendo del
mar y de las olas, muriéndose los hombres de terror y de ansiedad por
las cosas que vendrán sobre el mundo; porque las fuerzas de los cielos
serán sacudidas. Y entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube
con gran poder y gloria. Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad
ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación.”
“Guardaos de que no se hagan pesados vuestros corazones por el
libertinaje, por la embriaguez y por la preocupaciones de ka vida, y
venga aquel Día de improvisto sobre vosotros, como un lazo; porque
vendrá sobre todos los que habitan toda la faz de la tierra. Estad en
vela, pues, orando en todo tiempo para que tengáis fuerza y escapéis a
todo lo que está para venir, y podáis estar en pie delante del Hijo del
hombre.”
Palabra del Señor
SI ESTOY SENTADO, LEVÁNTAME, SEÑOR
Si dudo de tus promesas; levanta mi fe, Señor
Si aumentan mis pesares; alza mi ánimo, Señor
Si me acosan mil dificultades;
haz inmensa mi fortaleza, Señor
Si mi interior se acobarda; reaviva mi espíritu, Señor
Si me ciegan los ídolos;
dirige mi vista hacia Ti, Señor
Si me enloquece la apariencia;
lleva mi corazón a Ti, Señor
Si mi cabeza se inclina; sostenla para poder verte
Ven, Señor, a salvarnos
Necesitamos, sí, tu salvación,
porque sólo un Dios puede salvarnos.
El consumo nos engorda, pero nos deja vacíos.
Los sabios y los líderes nos asombran,
pero no nos cambian.
Los artistas y los famosos nos entretienen,
también nos aburren.
No son nuestros salvadores.
porque sólo un Dios puede salvarnos.
El consumo nos engorda, pero nos deja vacíos.
Los sabios y los líderes nos asombran,
pero no nos cambian.
Los artistas y los famosos nos entretienen,
también nos aburren.
No son nuestros salvadores.
Sólo un Dios puede salvarnos:
de la tristeza, des desencanto, del desamor.
Sólo un Dios puede salvar al mundo
de sus cegueras y sus crueldades,
de sus cadenas y sus miserias,
de todas sus profundas llagas.
¡Ven, Señor, a salvarnos!
de la tristeza, des desencanto, del desamor.
Sólo un Dios puede salvar al mundo
de sus cegueras y sus crueldades,
de sus cadenas y sus miserias,
de todas sus profundas llagas.
¡Ven, Señor, a salvarnos!
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